Escuchando a mi Conciencia y mi Razón
Un noche como tantas otras – después de darme una ducha- retire la colcha de mi cama y
levante la sábana con la que me iba a cubrir.
Me acosté, apague la luz, cerré mis ojos mientras -estirándome en la cama- canciones románticas escuchaba de mi radio despertador. Y así... me deje llevar a un dormir relajado y placentero.
De pronto escucho que dialogan dentro de mi… ¡eran la Conciencia y la Razón…!
Las escuche atentamente…
- Dime razón, ¿por qué la justicia es tan mal vista, por tanta gente…esos que pregonan la justicia y son tan injustos…esos que pregonan la amistad y ante lo que nos le conviene desaparecen… se van, por qué utilizan la justicia con la injusticia?
- Hay muchas personas que son así, que actúan de ese modo ya que ni siquiera piden explicaciones y si se las quieres dar no desean escucharlas- es como bien has dicho- sólo
buscan su conveniencia y si no la consiguen se esfuman sin decir palabra y… es porque saben
que no lo podrán o no lo han podido lograr ya que se dieron
cuenta que te riges por principios, líneas, normas de conducta y de ahí no te sacarán.
- Y ¿por qué si soy conciente de que no todo es como deseo sigo adelante?
- Porque yo te impulso
- Y... ¿por qué me impulsas?
- Porque te basas en la honestidad en todos los ordenes de tu vivir
- Muchas veces lloro por las injusticias que sufro y veo
- Jamás te dejare caer ya que eres una Conciencia sana y se lo que te hace sufrir como, también lo que te hace feliz
- A veces… me siento muy sola en esta lucha por el Amor y la Paz pero me digo que
tengo que seguir
- Ya te lo he dicho... ¡no dejare que claudiques!
- Siento que falta mucha justicia y amor en el mundo. Me angustio por ello. Sé que–a veces–
río por no llorar.
- Para eso esta la Razón y esa soy yo… No en vano estamos charlando.
- Dime, ¿qué sabes tú de mí?
- ¡Mucho!, pero no te diré que, ya que tú me lo tienes que decir para que yo actúe
- Pero yo no te dije que quería equivocarme, sufrir y… ¡algunas veces me equivoque!
- Es que solamente te escuchaste a ti y no a mi
- Sabes? He sufrido mucho y hay momentos que me reprimo por temor a volver a sufrir.
Pero eso pasa y vuelvo a creer…es espantoso vivir sin creer en el prójimo… ¿qué culpa tiene
otro del mal recibido por otras personas?
- Es que ahí he entrado yo…la Razón. No te has dado cuenta pero somos muy amigas y
ya caminamos de la mano. Eres Conciencia… por lo tanto, conciente y razonas porque estoy
a tu lado
- ¡Qué verdad has dicho! ¿Sabes?, muchas veces sentí miedo por mi soledad, no estaba acostumbrada aunque… que feo fue vivir rodeada de seres queridos y – a pesar de ello- sentirme extremadamente sola.
- Conciencia, tú me has llamado y te explique que la soledad acompañada no era buena…
pero no debías sentirte sola cuando sólo te rodeaban las paredes ya que necesitabas esa
soledad para que te encontraras contigo misma.
- Es verdad…me siento en paz, segura conmigo misma y ya comencé a creer en las personas.
- ¡Epa!, no me pongas mal…tienes que creer en los que se merecen que se les crea.
Mucho cuidado con eso…abre bien los ojos y oídos ya que no todas las personas son fiables.
- Es verdad…¡también lo sé! Y yo me pregunto: ¿por qué tanta maldad, miseria,
promiscuidad, guerras, niños desnutridos, matrimonios o parejas que se separan teniendo
niños pequeñitos que sufren por la falta de su padre o su madre ya que no es lo mismo
visitarlos que convivir con ellos… por qué la discriminación de credos, razas, culturas y al fin...todos somos seres humanos, ¡es tan dificil dialogar con respeto...! ¿Por qué el dinero puede
- en algunos casos y no son los menos- más que los valores del buen ser humano?...mmm...
¡cuáno más podría preguntar! Todas las personas tienen Conciencia y Razón!
¿Qué pasa... no son concientes, no razonan?
- No faltas a la verdad…pero hay algunos que esconden su Conciencia para
autoconvencerse que lo que piensan, dicen, hacen…esta bien debido a que les conviene
que así sea. La Razón no es amiga de su Conciencia, van por caminos separados.
- ¡Esos no tienen Conciencia!
- Si la tienen pero… ¡no la escuchan!
- Y… ¿por qué la Razón no les ayuda a recuperar su Conciencia?
- Ya te lo he dicho…no se llevan bien y cada uno va por lados diferentes.
La Conciencia se esconde y la Razón sigue por mal camino
- No entiendo
- Oye, la Conciencia y la Razón vamos juntas ya que si se deja sola a la Razón…mmm…
ella puede hacer desastres. Recuerda: “La Razón tiene razones que el corazón no comprende”
Eso pasa porque la Conciencia no aparece y la Razón se marea.
- Mmm...¡ya entendí! Me da mucha tristeza ya que los que esconden la Conciencia- no la quieren escuchar- obligan a la Razón a hacer cosas malas.
- Ni más ni menos… ¡tú lo has dicho! Es por ello que debemos seguir muy juntas ya que
la Razón sin la Conciencia… no siempre va por el camino correcto.
- Ven Razón… ¡déjame abrazarte!
- Pero… ¿no has entendido que sin ti puedo ser muy mala? ¡Qué sería de mí sin ti Conciencia!
Por favor, primero… ¡déjame abrazarte a ti!
- Hagamos una cosa…nos abrazamos juntas y seguimos de la mano por el camino de la vida.
- ¿Sabes?, las dos nos necesitamos y te doy las gracias por no dejarme sola, aunque…
¡cómo me haces trabajar amiga Conciencia…!
- Aja, ja…no quería molestarte pero me encanto charlar contigo. Ahora vamos a dormir
que mañana debemos seguir trabajando juntas… Shhhh, Razón no hagas ruido para no despertar
a la Sabiduría… ella debe descansar ,también, así mañana sigue trabajando y…¡para bien!
- Dulces sueños y un muy bello despertar Razón…
- Lo mismo te deseo Conciencia…
- Y así… con mi Conciencia y mi Razón nos dormimos plácidamente…
Moraleja:
Escucha a tu Conciencia y no perderás a la Razón
Emociones del Alma
Lilian B. Epstein
Derecho de autor Nº 902526
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