Un momento más en mi sentir
10.39 hs, de la mañana del día martes
16 de octubre de 2012, en Buenos Aires -
Argentina
Llueve y esta fresco, son esos días en los que, por lo menos
yo, siento que quiero decir algo…¡fuerte!,
por cierto, pero no deseo hacerlo porque , si lo hago, estoy aceptando
una dolorosa y cruel realidad…. Sigo pensando y me decido, escribiré mi sentir
y tal vez lo publique...no para que me halaguen sino para que otras personas
puedan reflexionar sobre mi reflexión y… ¡hagan sus comentarios, si es
necesario un debate al respecto pero, por favor, ¡con la verdad, con su
verdad!, pero que de una buena vez lo digan y no sigan adulando por quedar
bien…!!!
Escribo desde que, creo, aprendí a escribir…es que con
dibujitos ya desnudaba mi sentir antes de saber escribir.
Realmente es mi pasión pero no para sobresalir sino para
decir lo que siento y...a medida que pasaba el tiempo, iba creciendo y dándome cuenta de lo hermoso, lindo, no tan
bello y feo, que en el paso del camino por la vida veía, escuchaba y me tocaba
vivir.
Recuerdo que deseaba que me compraran un “ Libro Diario”, en
realidad era un cuaderno que en el frente de su tapa dura tenía un título..”Mi
Diario” …” , - salvando las distancias – después de haberme enterado y luego
leído el Diario de Ana Frank, mi deseo de escribir se acentuó mucho más, y al
no recibir respuesta a mi pedido, opte por juntar moneditas y comprarme un
cuaderno, el más gordo, el que tenía más hojas…tenía una alcancía que me habían
regalado, es que luego entendí que no me lo compraban para que aprenda a saber
que lo que se desea no se pide, solamente, sino que debemos esforzarnos por
obtenerlo dignamente, algo más que debo agradecer a mis padres, que en paz
descansen.
Y fue así que me dije: - juntare el dinero necesario para
comprar el cuaderno que contenga la mayor cantidad de hojas , que importa si
tiene título, tapa dura o lo que fuere, lo forro con un lindo papel y le pego
una etiqueta con el título que deseo.
Y así fue que después de juntar monedita por monedita, todos
los días me daban una, logré comprar mi hermoso cuaderno, sus tapas eran
blandas, por tal motivo corte una caja de cartón y las reforcé… ¡habían quedado duras!,
luego lo forre con un papel rojo, con el
mismo que tenía forrados mis cuadernos de la escuela, es que, también ,
juntando las moneditas me había alcanzado, el dinero, para comprar dicho papel, le coloque una
etiqueta en el medio del frente de la tapa y escribí, con la mejor letra:
“Diario Intimo de Lilian Beatriz Epstein Gel”
¡Qué feliz estaba, lo había logrado y era precioso!
Pero le faltaba algo…mmm… el candado con su llave…
Ya no tenía más monedas, ¿cómo iba a obtener ese candado si
no tenía con que comprarlo?
Estaba triste y no escribía nada, necesitaba el candadito.
Papá me vio pensativa y hasta triste y me preguntó:
-
Liliancita, que te sucede?
-
Nada
-
Pero te veo muy pensativa y triste…dime , por favor, el
motivo, tal vez se pueda solucionar, tú sabes que para solucionar lo que no
podemos solitos debemos charlarlo con las personas que nos quieren y
queremos…;mamá se había acercado y dijo:
-
Así es, Papi tiene razón, vamos, dinos que te sucede
-
Es que ya tengo mi Diario Íntimo…
-
Sí - al unísono me decían – ya lo vimos y quedo hermoso
-
Si, quedo hermoso pero no terminado
-
El diario de vida de una persona es interminable,
hijita (dijo papá)
-
Entiendo que es como tú dices pero me falta el
candadito con su llave para que sea como el que vi en la vidriera
-
Oye, - mamá hablaba – nadie lo leerá sin tu permiso
-
No, tiene razón, debe tener su candado y no te
preocupes porque tengo varios ven conmigo…
Y así fue como mi papá me dio un candadito con su llave y
una caja de madera donde entraba,
cómodamente, mi diario, la cual tenía unos ganchitos donde podía enganchar el
candado cerrarlo con la llave, la cual tenía colgada de una cadenita que
siempre llevaba en mi cuello.
A partir de aquel día, tendría 8 años, comencé a escribir y
jamás deje de hacerlo;
sigo escribiendo, ya no en ese cuaderno ya que se fueron y
siguen sumando más y más…
Y hoy, un día lluvioso y nostálgico, después de haber pasado
por momentos muy movilizantes me siento triste porque ese refrán que dice: “Tanto vales, tanto tienes” o “El dinero
mueve montañas”, sigue vigente a pesar de los años, cada vez es más actual
y no son dichos muy recientes, creo, los he escuchado desde que tengo uso de razón.
Soy una mujer con principios, convicciones, dignidad y la
experiencia me ha enseñado, de ella he aprendido y no me quejo, siento que todo
lo que nos sucede no es por casualidad sino por causalidad y la mayoría de las veces, somos
protagonistas de nuestros propios desvelos y alegrías…nos cuesta no confiar
pero…mmm…no siempre la verdad acaricia, ¡también golpea!
¿Cómo se puede vivir siempre a la defensiva, desconfiando de
todo y de todos?
¡Eso no es vivir, eso es sobrevivir!
Pero como no deseo sobrevivir sino… seguir viviendo es que voy,
con todo respeto, desnudando mi sentir.
Y me digo:
¿Por qué, en general, se escucha y se lee la queja de cómo se vive, de que la gente
solamente piensa en si misma, de que la pobreza, las miserias humanas están
dispersas por todos lados…¡el mundo! , y cuando se los convoca para unir
conceptos, para tratar de ayudar, con lo que sabemos al prójimo y… hasta para
hacer tomar conciencia a los que solamente lucran con la pobreza de seres
humanos con derechos a vivir con calidad de vida, por qué, me pregunto, después
de dejar claras las cosas de que no debemos dejarnos manosear, no debemos dejar
que nos vivan, nos humillen y todos aplaudan la decisión desaparecen?
¡Que desilusión, que triste desengaño, por favor!
Por otro lado… ¿qué es ser pobre?
¿El que a pesar de no tener dinero se logren cometidos sanos,
intelectualmente y humanamente muy importantes, valorables y dignos, dentro de
las posibilidades, llevados a cabo con
la mejor buena intención?
¿Eso condiciona a
decir que ser pobre, materialmente hablando, no sirve, no es apto para tales
logros?
No, no señores y señoras, según mi humilde entender y
sentir, esas personas son ejemplos de vida a seguir.
Las que dan sin mirar a quien, las que son incondicionales,
las que sin pedir nada a cambio ayudan al prójimo dentro de la medida de sus
posibilidades, las que valoran al ser humano por lo que es y no por lo que
tiene.
¿De que nos quejamos cuando vemos seres humanos durmiendo o
vagando por las calles?, he escuchado decir, por ejemplo:
-
¡Que horror, parece que les gusta vivir así, ¿por qué
no van a trabajar en vez de ir dando lástima?
-
Porque usted…usted que puede no hace nada, simplemente
critica y sigue dando vuelta la cabeza para mirar a otro lado, al lado que le
conviene. Porque necesitan trabajar, es verdad, pero… ¿usted les dio trabajo
cuando lo fueron a buscar, usted se
preocupo y ocupo como debía, usted que puede se ocupó para que no haya pobres
en el mundo, para que no mueran niños de hambre a diario, para que las personas
mayores tengan una jubilación digna? Grandes potencias que sólo buscan el poder
por el poder mismo, y hacen que el entorno se vea viciado de hipocresía,
mentiras y maldad. Usted, usted no es
pobre pero…ja… ¡si que es un pobre individuo lleno de cosas materiales y sin
una gota de humanidad...¡usted es pobre de conciencia, de responsabilidad!, y
yo me pregunto: - ¿tiene conciencia, puede dormir tranquilo/a cuando sabe que
en sus manos, en su decisión, y dedicación esta la calidad de vida – salud,
educación, etc. - de tantos seres que creyeron en su
verborragia, en sus promesas...en esas que jamás cumplió ni cumplirá?
Así son, lamentablemente, las cosas, usan y abusan y…
mientras se sienten importantes, sienten que sobresalen, siguen en un entorno que ni siquiera saben si
es bueno o malo…pero siguen porque sienten que les conviene y, cuando ya no es
redituable ni siquiera para su ego…mmm…si te he visto no me acuerdo.
Lo que hacemos hoy perdurará en el mañana…
No vivamos
preocupándonos, si vivamos ocupándonos.
Todos queremos ser alguien en la vida…pues seamos lo que
debemos ser con actitud, responsabilidad, coherencia, en paz y con amor.
Unidos podremos, desunidos… ¡jamás!
Emociones del Alma
Lilian B: Epstein
Derecho de autor nº 902526
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