Bienvenid@s

Bienvenid@s

Desde el Alma les doy la Bienvenida...!

Es mi deseo que sientan comodidad, calidez y felicidad compartiendo "Desde El Alma" , sin discriminaciones de credos, razas y tanto más ...volcando con cariño lo que cada uno siente, sabe y desea aportar...con mucho respeto, humildad, humanidad, sin competitividad, en paz y con amor...!!

Deseo aclarar que todo lo que leerán en "Desde El Alma"- desde mi- poemas, reflexiones y tanto más ... son de mi autoría, ya que están registrados en la Dirección General Del Derecho De Autor .

En caso de subir material de distintos Escritores- Poetas, artístas Plásticos y otros ... se hará constar el nombre del Autor correspondiente.

"Desde el Alma" es creación de la escritora Lilian Beatriz Epstein Gel quien no acepto el plagio...
Los Derechos de unos terminan cuando comienzan los Derechos de los otros... el respeto es la base de la lealtad, de la cordialidad, de la unión.

Esta línea de conducta es condición irrevocable para ser integrante en... "Desde el Alma"

"Respetar para ser respetado"

"Valorar para ser valorado"

"Ser y dejar ser"


Queridos amigos y amigas...

BIENVENIDO@S ...

siéntanse en su casa...!!


Gracias mil por ser y estar
Denme sus manos ...tomen las mías...!!

Besos y sonrisas muy azules
Lilian


------------------------------




Poemas de mi autoría narrados por el poeta Carles Gova desde Guatemala











Gracias mil amigo...!


lunes, 9 de septiembre de 2013

"La función debe continuar..."



La Función debe continuar…

Hacia tiempo que lo presentía, no deseaba - en su interior – que sea verdad.
Tenía dos niños, 4 y 6 añitos, los que preguntaban por su papá, es que él salía por la mañana, iba a trabajar a su empresa y volvía a altas horas de la noche y siempre les daba la misma respuesta:
- Papá esta en una reunión de trabajo en la empresa, esa respuesta había quedado inserta como un disco rayado en ella.
No entendía que había cambiado o que había producido ese gran cambio que sentía a flor de piel, desde su esposo hacia ella.
Éramos muy amigas y vivíamos en el mismo edificio.
Yo estaba sola, ya había terminado mis quehaceres, en mi apartamento, y ese día, había decidido no salir porque deseaba descansar,  prepare café… y cuando disponía a servírmelo…suena el timbre…
             -  ¿Quién es?
             -   Soy yo, Celia
             -   Espera, ya te abro, llegaste justito para tomar un cafecito recién hecho (le decía mientras me dirigía a abrirle la puerta)
             - ¡Abre rápido, por favor, Isabel!
             - Hola, que sucede, por qué estás tan pálida, te sientes mal?, ven siéntate aquí…
El rostro de Celia se veía como si hubiese visto un monstruo, sus ojos rojos y llorosos. Nos sentamos en el living, le pedí que se calmara y que se relajara mientras traía los dos cafés.
             - No, por favor, no quiero café, ¡no me dejes sola!
             - No estás sola, estás conmigo y voy a buscar los cafecitos así mientras los tomamos me cuentas, seré y soy, tú lo sabes, todo oídos
             - Esta bien, ve… tráelos y te cuento.
             - Es que acabo de hacerlo y si no lo traigo se enfriara y… presiento que nos hará bien a las dos.
            - Sí, tienes razón, aunque al entrar aquí ya sentí paz

Fui a la cocina y serví los dos cafés, era tanta la impresión que me causo que hasta me olvide de llevarlos en una bandeja con algo dulce y servilletas.
Al regresar al living  me di cuenta de lo que había olvidado, ya que llevaba una taza en cada mano – no importó- le entregué una a mi amiga, y la otra quedo en mi mano mientras me sentaba en un sillón frente a ella. Sus lágrimas seguían corriendo por sus mejillas, tomó un sorbo y dejo el pocillo sobre la mesita ratona, e inmediatamente, con su mano derecha masajeaba su brazo izquierdo.
          - No se que te esta pasando, pero solamente te pido que me cuentes y sepas que, según lo que sea, te daré mi humilde opinión al respecto de lo que no se - hasta el momento - se trata, y seré totalmente objetiva. Te lo aclaro porque no deseo perder una amiga ya que, por lo general, todos desean escuchar, valga la redundancia, lo que quieren escuchar y… tú sabes bien que eso no va conmigo.
          - Lo sé y por ello estoy aquí…
          - Correcto, tomemos el café antes que se enfríe y mientras me cuentas. Bajare el sonido del teléfono y apagare el celular para que nadie nos moleste, de acuerdo?
          - Sí, y déjame pedirte perdón por no haberte contado toda la verdad cuando me preguntabas que me sucedía, es que me daba vergüenza…
          - Cada uno cuenta lo que quiere, ya que es eso – lo que dice – lo que desea contar, no tengo nada que perdonarte… hoy necesitas contarme pues bien, cuéntame, dime porque estás así y que te sucede en el brazo que no dejas de masajearlo… (el pulóver, era invierno, no me dejaba ver)
         - Te cuento que esto no es de hoy ni de ayer, hace tiempo que esta sucediendo pero me callé la boca, no puedo creer ni aceptar lo que esta pasando, ¡como pudo haber cambiado tanto…!
        - Ajá
        - Rogelio comenzó a ponerse agresivo conmigo, primero era con palabras pero luego comenzó a cachetarme y ahora ya… ¡no doy más!
       - Tranquila, relájate y sigue desahogándote
       - Hace como un año comenzó a decirme que era una vieja anticuada, que no necesitaba una madre, y todo lo que hacía y hago lo ve mal. Tú sabes que yo me arreglo, que mi casa esta impecable, que los niños están bien atendidos, que me desvivo por él pero… ¡ya no se que hacer!
       - ¿Pero por qué… existe una tercera persona?
       - El domingo pasado me comento que iba a jugar al golf pero que no podía llevarnos – a los nenes y a mi – ya que habían decidido que solamente fuesen los hombres debido a que luego se reunirían para resolver el torneo que se avecinaba. Quise contestarle que me parecía una tontería, es que cuando vamos todos no los molestamos, los chicos juegan, las mujeres caminamos, hacemos gimnasia…pero no le dije nada, lo acepte como algo normal.
     - Correcto
     - Ese mismo domingo – cuando él se fue – hable con Manuela y Ester, ellas se iban a encontrar en una confitería para charlar un rato y luego irían al cine, me invitaron y les dije que les avisaría después que hablara con mi madre, era y es la única persona en quien confío plenamente para que se quede con mis niños. Hable con mamá y le pregunte si podía dejarles a los chicos, le explique el motivo, y accedió gustosa, pero me pidió que no los llevara a su casa porque prefería quedarse con ellos en la mía. Por supuesto, le dije y en menos que canta un gallo llego, estaba contenta al saber que salía con mis amigas y no me quedaba encerrada un domingo. Es que por un motivo u otro, hacía varios domingos que me quedaba sola con mis hijos. Me arregle y me encontré con las chicas, cuando llegué ya estaban esperándome sentadas en una mesa del lugar estipulado. Entre otras cosas, ellas me decían que me veían muy delgada y triste y les contestaba que estaba bien, contenta, tal vez me vieran así porque había dormido poco debido a que me había quedado viendo una película buenísima  por televisión hasta muy tarde. No era verdad pero, aunque no se si me creyeron, no preguntaron más.
Todo estuvo muy bien hasta que entramos al cine, sorpresivamente, Ester me dijo que saliéramos ya que no se sentía bien, me pareció raro, es que habíamos estado charlando y riendo y no se notaba nada raro en ella. Pero, mientras lo decía, miraba absorta hacia un lugar, me di vuelta y lo vi, ahí estaba Rogelio, sentado en una butaca junto a una joven a quien besaba apasionadamente, quedé atónita, casi me desmayo pero... a pesar de que las chicas me tomaron del hombro para sacarme del cine, me dirigí a donde estaba él con la joven, no había comenzado la película, la gente estaba entrando y todo estaba a media luz, estaban sentados en el medio de una fila de butacas del cine, me paré mirándolo fijo – desde el pasillo – ahí me quedé hasta que se dio cuenta. Se hizo el distraído y cuando le iba a gritar…no me preguntes que… porque ni yo misma lo se, Ester y Manuelita me sacaron del cine
    - Pero cuanto tiempo paso de ese episodio?, hoy es miércoles…
    - El domingo pasado
    - Y, después de ese mal momento, volvió al apartamento de ambos?
    - Si
    - Te dijo algo?
    - Cuando entro, yo lo miraba con mis ojos llenos de lágrimas y me dio una paliza tremenda, mientras lo hacía me recriminaba el haberlo seguido, que no iba a permitir me metiese en sus asuntos. Entre sollozos le comunique que no lo había seguido ya que él, según había dicho, había ido a jugar al golf. Siguió pegándome y los chicos escuchaban sus gritos y los míos, por el dolor que me estaba causando físicamente…y no hablemos del psicológico. En eso los veo a los dos, en la puerta del pasillo que da al comedor, con sus ojitos asombrados y llorosos. Él también los vio… y me abrazo mientras me besaba y decía que me amaba locamente.
     - Oye, por lo que me cuentas, esto esta sucediendo desde hace bastante tiempo atrás y no es ninguna tontería.
     - Sí, y estoy desesperada porque… ¡lo amo!
 Ayer llego con una orquídea y cuando me acerqué para agradecerle, abrazarlo y besarlo me rechazó, le pregunte que le sucedía, porque me hacia daño, y me dijo que no le preguntara, que a mi no me importaba.
    - De hecho que no hable nada respecto a lo que había sucedido en el cine… pero le conteste que si me importaba porque lo quería, lo amaba y me parecía que tendríamos que ir a una terapia de pareja para que nos ayuden… me insultó, y volvió a pegarme. ¡Ya no se que hacer, lo amo mucho!
    - Puedo pedirte un favor, con todo respeto?
    - ¡Sí!
    - Se que hace frío, estamos en invierno, pero aquí dentro esta todo calefaccionado por lo tanto no tendrás frío…quítate la ropa y quédate en bombacha y corpiño
    - Por qué me pides eso? (pregunto muy sorprendida)
    - Porque deseo ver tu espalda, tus brazos, tu estómago, tus piernas.
    - Es que…
    - Si, me lo imagino, tienes derrames, moretones y eso es lo que deseo ver
    - Esta bien

Con dificultad, se fue quitando su vestimenta hasta quedar en ropa interior, no podía creer lo que veían mis ojos, no solamente tenía moretones, sino arañazos y un corte – estaba cicatrizado – que no creo se lo haya hecho con un golpe sino con algo cortante… ¡y sigue diciendo que lo ama!
Tome mi cámara fotográfica y saqué fotografías, no se cuantas, de cada moretón, rasguño, corte, cicatriz hasta de una cicatriz que tenía en el lóbulo de su oreja derecha… es que sabía  servirían como pruebas si aceptaba lo que le propondría
    - Listo, ya puedes vestirte, déjame ayudarte
    - Gracias, es que estoy toda dolorida
    - No es para menos
    - Soy una estúpida como puedo amarlo tanto y aceptar tanta agresión…me lo puedes explicar, que harías tú en mi caso?
    - Bueno, serviré otro café para mi, y para ti te haré un tecito de tilo. Tenemos tiempo ya que tus niños vuelven de la escuela a la seis de la tarde, tenemos tres horas y media, de acuerdo?
   - Sí, pero en mi casa esta mamá…le pedí que se quedara conmigo unos días, algo le conté también, y sabe que estoy contigo…cualquier cosa me llama

Volví, con todas las infusiones acompañadas de unas porciones de torta de manzana, azucarero, servilletero, sobre una bandeja que deposite sobre la mesita del living.
   - Sírvete, algo dulce viene bien y el té de tilo te relajara
   - Sabes?, después de contarte ya me siento mucho mejor
   - Aja
   - ¡Qué rica esta la torta!
   - ¡Que te aproveche!, pero no te vayas por la tangente debido a que ahora, creo que ya has terminado de contarme, verdad?
   - Si
   - Ahora me escucharas a mi y, ante todo, quiero que sepas que sólo te daré, y se que te lo he dicho anteriormente pero no me importa ser reiterativa y menos en este caso, mi humilde opinión, parecer y sentir, luego tú sabrás que hacer.
   - Lo se y te escucho
   - Tú, repites que lo amas, después de contarme cada momento que termina en una golpiza o llamémoslo agresión física, verbal, psíquica...
   - Sí
   - No tengo porque no creer que lo hayas amado y lo sigas queriendo pero hay otras cosas que están en juego y me imagino que tú has reflexionado con respecto a ellas.

Celia me miraba fijamente sin emitir sonido, la taza de té en su mano temblaba…
- Tú eres mujer, tienes niños, no trabajas…sí lo se, él no quiere que lo hagas, llevas una vida holgada, económicamente hablando y tienes terror a perder toda esa comodidad y confort. Pero yo me pregunto: ¿estás viviendo cómodamente, confortablemente… te has puesto a pensar que será de tus hijos en su futuro, te has puesto a pensar que será de ellos si tú dejas de existir…?
   - Pero…
   - Pero nada, tu sufres violencia de género, violencia familiar, como también tus hijos… ya que ese hombre, tu marido, su padre, puede - espero que no – en un ataque de ira, debido a que alguno de los niños se abalance sobre él para ayudarte, simplemente por el dolor que le produce a un hijo el ver a su madre impotente ante tanta agresión, para defenderte y no dejar que te insulte, te maltrate… ¡dañarlos terriblemente! Perdóname Celia pero tú tienes que denunciarlo, hacer que salga de tu vida y la de tus hijos, dejar el miedo a no saber que vas a hacer sin él, sin el que trae el dinero para el sustento diario, para que vivan – como lo he dicho – confortable y holgadamente. Con esto te estoy diciendo que no solamente tú puedes perder la vida, sino también tus hijos y, aunque sigan todos con vida, nuevamente te pregunto. ¿qué futuro les espera, serán pegadores al igual que su padre o sometidos, al igual que su madre? Y eso... eso es algo de lo que les puede deparar el futuro a niños con raíces endebles, enfermas, totalmente descompuestas. Tú estás viva pero no viviendo y llevas a los niños a sentir un terror espantoso que los puedo marcar para toda la vida
   - ¡Pero si lo denuncio me mata!
   - No te matara y no solamente no te matara sino que tú lograrás una mejor calidad de vida al igual que tus hijos, debes desvincularte de él, que haga su vida en otra parte pero no junto a ti y a los niños. ¡Denuncia... por favor!
   - Pero no tengo trabajo, ¿de que vamos a vivir?
   - Te das cuenta que tengo razón, que tu no lo amas, que solamente tienes miedo por no saber como ganar tu sustento? Cuando suceden estas cosas y habiendo menores de por medio, hay leyes que obligan al padre – en este caso – a cumplir con una mensualidad según sus ingresos hasta la mayoría de edad de las criaturas. Y tú, tú no eres una ignorante, conseguirás un trabajo digno, y si se te demora, ve a limpiar casas por hora, pero hazlo urgentemente, ¡desvincúlate de ese hombre! Se que no es fácil pero si te lo propones lo lograrás y, aunque duela al principio, verás lo bien y tranquila que te sentirás, ya volverá la paz a tu hogar. Sin duda los niños comprenderán y…mmm… considero que sin decirlo ya los están deseando, es que no ven ni sienten a su padre, sino a un ogro.
Ya había terminado la taza de té pero la conservaba entre sus manos y mientras pensaba, las lágrimas brotaban constantemente de sus ojos…quería decirme que si pero no se animaba, tenía miedo y... era entendible.
De pronto me miro fijo, dejo la taza sobre la mesa ratona, yo estaba – como lo he dicho con anterioridad - sentada en un sillón frente a ella, nos separaba la mesita, se incorporó y sin dejar de mirarme fijamente se acerco a mi y arrodillándose me abrazo llorando, también la abrace muy fuerte, deseaba darle fuerzas, energías positivas para que tomara la decisión correcta, era imposible seguir viviendo de esa manera, es que eso no era vivir sino maltratarse e ir muriendo lentamente, nos separamos y quedándose de rodillas me tomo las manos y me dijo:
   - Puedes prestarme tu cámara digital?, esa con la que me has sacado las fotos
   - Si, aquí esta…no me borrarás las pruebas, verdad?
   - No, solo la necesito para ir a la comisaría, hacer la denuncia… llamare al cerrajero para que cambie la combinación de la puerta de entrada al apartamento y hoy…hoy no podrá entrar, se terminó. ¿Me puedes acompañar?
   - Con todo gusto, déjame ponerme un abrigo y te presto otro a ti…así no tienes que ir a buscar uno tuyo, tienes tus documentos aquí?
    - Sí, están en mi bolso, es que baje con él porque ahí tengo el celular, los cigarritos, las llaves…
    - Excelente, ponte este abrigo, tomo mi cartera y nos vamos.

Bajamos al garaje, abrí el coche, fue tan repentina su decisión que tenía miedo de que se arrepintiera… por lo tanto le abrí la puerta del lado del acompañante, subió y cerré la misma, corriendo di vuelta y me subí, puse en marcha el motor, primera, segunda y me dirigí a la comisaría de la mujer. Celia había cambiado su semblante, se la veía decidida…Llegamos, le tomaron la declaración, miraron las fotos que traía en la cámara fotográfica pero, no obstante ello, una médica la llevo a una salita y la reviso, allí le tomaron nuevas fotografías, esas valían y quedaban en su expediente. Celia les dijo que cambiaría la cerradura de su apartamento para que él no entrara pero le dijeron que la iban a acompañar debido a que él podría haber llegado antes, por cualquier motivo, y no querían que corriese riesgos. También le preguntaron si él tenía otro lugar donde quedarse a lo que contesto que si, ya que podía usar un apartamento que habían comprado para alquilar y estaba vacío.
Inmediatamente se presento un juez, quien expidió una orden de no acercamiento para ella y para él, ambos tenían que estar a 300 metros del otro, no podían mantener conversaciones ni siquiera telefónicas y cualquier situación que no se ajustara a las normativas tomadas en ese acto deberían ser denunciadas por el afectado.
Firme como testigo de la denuncia.
Salimos a buscar un cerrajero y un coche policial nos seguía, encontramos al cerrajero y… no fue Celia quien hablo con él sino la policía. El hombre tomo su valija de herramientas, subió al patrullero y nos dirigimos al edificio, entramos y Celia me tenía tomada de la mano, temblaba.
Permanecí a su lado en todo momento, el edificio tenía dos ascensores, en uno subió un agente con el cerrajero, ellos nos esperarían en el pasillo del piso correspondiente al apartamento de mi amiga, nosotras subimos con el otro agente en el segundo ascensor.
Todavía no eran las seis de la tarde, lo que nos daba la tranquilidad de que los niños no estarían en el mismo. Uno de los agentes le pidió a Celia que llamara desde su celular a su madre, se encontraba en el apartamento, y le preguntara si Rogelio estaba dentro del mismo y que no se asustara por ver la policía cuando abriera la puerta. Así lo hizo,  la contestación fue que él no estaba…su madre abrió la puerta antes de que Celia ponga la llave en la cerradura.
Pobrecita, la señora estaba blanca como un papel, los ojos salían de sus orbitas, se abrazo a su hija preguntándole que estaba sucediendo.
Celia había soltado mi mano y ambas, muy abrazadas lloraban mucho….su madre le decía:
     - Hijita querida, por que esta pasando todo esto?
     - Mamita, ya no podía ni puedo más, esto es lo mejor y él no podrá entrar a casa.
     - ¡Pero vendrá en cualquier momento!
     - Sí, pero no podrá entrar… ¡por favor, no me asustes más!
     - Y mis nietitos?
Ahí intervino el policía:
     - Señora, quédese tranquila ya esta llegando un móvil  policial, el que quedará apostado en la puerta del edificio para que cuando lleguen sus nietitos la mamá, con mucha tranquilidad, los reciba…
    - Esta bien

El agente le ordena al cerrajero que cambie las combinaciones de las tres cerraduras que tenía la puerta de entrada principal y la de servicio, al apartamento, como también la de la entrada al edificio.
    - Y cuántas llaves debo hacer?
    - Dos de cada cerradura de esta puerta y dos de cada cerradura de la entrada de servicio, también, este edificio tiene 2 entradas, más la del garaje y consta de 11 pisos de 2 apartamentos por piso, verdad señora?
    - Así es, responde Celia
    - Correcto, (continúa el agente), tiene que hacer 2 llaves por cada cerradura de cada puerta de este apartamento, más 22 de la puerta de entrada al edificio y del garaje, más las que les corresponden al  portero
Eran una cantidad de llaves impresionante, las cuales  y mediante la firma  del encargado a un escrito que le entregaría uno de los agentes policiales, el mismo se comprometía a entregarlas a cada uno de los  propietarios de los distintos apartamentos  en mano.
Todo el gasto lo debería abonar Celia.
Mientras ella guardaba en valijas la ropa, todo lo perteneciente a Rogelio, la policía - hacía guardia en la entrada al edificio – avisa que llegaron los niños y piden que baje la mamá a recibirlos.
Celia tenía mucho miedo de que llegara Rogelio, ella ya no sabía como podría reaccionar, me tomo de la mano para que la acompañase pero el agente no lo permitió ya que la acompañaría él, quedando el otro – agente - en el apartamento.
El cerrajero ya había hecho los cambios pertinentes de las cerraduras que correspondían a la vivienda de Celia y se encontraba, siempre con un policía a su lado, haciendo el trabajo en las puertas de acceso al edificio  y garaje.
Chola – la mamá de Celia – aunque temblando, preparaba la merienda para sus nietitos y me pedía que no la dejara sola.
    - Por favor, Isabel, no te vayas
    - No se preocupe que hoy he dedicado mi día para ustedes.
    - Voy a preparar algo para que tomes, algo caliente e invitare a los policías que se están portando tan bien.
   - No es mala idea Chola, pero primeramente atienda a los niños con risas y sonrisas, nada de lágrimas ya que los debemos preservar aunque… lamentablemente ya han oído y visto demasiado.
   - Ay Isabel, estoy pensando en llevármelos a mi casa, que te parece?
   - Por un lado es buena idea pero por el otro no, es que aquí estarán más seguros. La policía no se irá hasta que Rogelio llegue, no creo que lo dejen subir después de la denuncia y todo lo que tienen en ese expediente. Es verdad que todavía falta pasar por algo duro pero luego llegara la calma. Estas personas agresivas son impredecibles.
   - Pobre mi hija, no entiendo porque aguanto tanto, cuando me contaba no lo podía creer… ¡y lo hizo hace dos días, no más!
 Ojala ya se deshaga de ese hombre, yo se lo había anunciado una vez que le pego cuando eran novios.
   - ¿Esta segura?
   - Sí, no se que se había puesto Celia, tenían un cumpleaños, a él no le agrado la vestimenta que lucía mi hija y pegándole en la cara le gritaba, con insultos, que se saque esa porquería, que así no podía presentarse ante su familia… Los gritos llegaban hasta la cocina – donde yo estaba - y mira que mi casa era grande... corrí y vi como le tiraba del brazo y la volvía a golpear. ¡Le pedí tanto que lo dejara, que no se casara con él! Pero ella me decía que lo había hecho porque la quería tanto que  deseaba que la familia quedase sorprendida por su belleza y buena presencia. Como se puede ser tan inocente, o… ¡tonta! Recuerdo que una vez llego con la cara hinchada y el labio partido, me asuste mucho,  y , a la vez, sentía mucha indignación…le dije que no le iba a permitir verlo más, pero me contesto que no había sido él, sino que estaba caminado y se cayo dando con la cara en el piso. No le creí pero, después de un rato, apareció él, la abrazaba y le preguntaba si se sentía bien, si ya no le dolía y la mimaba. La verdad es que cuando se casaron los sentí felices y enamorados pero… ¡como me equivoqué! Lo que pasa es que nosotros fuimos y somos gente pobre, mi marido trabajo siempre como obrero en la construcción y yo limpiaba casas… Cuando Celia conoció a Rogelio se enamoro de él al instante, un hombre muy bien parecido,  y lo sigue siendo, con mucho dinero… ella tenía 16 años y el 27,  me parecía mucha la diferencia de edad, pero…notaba que estaba perdidamente enamorada de él y nosotros en la pobreza, ¡ella iba a tener todo lo que no le pudimos dar y más!
    - Mi querida Chola, el dinero no hace a la felicidad, lo que ustedes, padres de Celia, le dieron fue mucho más que dinero, le dieron amor, ternura, dulzura, educación, le enseñaron a respetar y tanto bueno más, eso no tiene precio…Lamentablemente, y como dice el refrán: “a golpes se hacen los hombres” y no dude que también las mujeres. Hoy el dinero no esta al lado de su hija,  sino usted, ¡su madre!,
A usted acudió cuando necesitaba ayuda y la tiene, ¡aquí está, por suerte! No piense más, todo esto se arreglara, entiendo que no será de un día para el otro pero, al Celia tomar conciencia y valorarse, ya que se sentía un despojo humano porque así la quisieron hacer sentir y ella, conciente o inconcientemente,  se dejo llevar. Tranquila, todo va a encaminarse, con más o menos dinero… ¡todo se arreglará! Ahora reciba a sus nietos con muchos besos y abrazos y esa riquísima merienda que les preparó…vaya, vaya que ya están en el pasillo.

Celia traía a sus hijos con una inmensa sonrisa, custodiados por el agente que caminaba al lado, los protegía de cualquier peligro, los niños reían con él, la abuela los esperaba con la puerta abierta y los brazos extendidos.
Mientras ellos merendaban el agente ayudo a Celia a retirar las maletas con todas las pertenencias de Rogelio, mientras el cerrajero se acercaba haciendo números, en un cuaderno en el cual había detallado todo lo  realizado, pero a la factura le puso un importe final. Un importe que era demasiado excesivo con respecto al presupuesto que había dado verbalmente Realmente era exorbitante, Celia decía…
    - Pero, disculpe, usted hizo bien la suma?
    - Sí señora, todo el tiempo mientras trabajaba el policía (estaba a su lado y lo miraba de reojos) estuvo a mi lado, él puede dar fe de lo que estuve haciendo, no me dejo solo un segundo.
El agente lo miró fijamente y le dijo
    - Yo he cumplido y sigo cumpliendo con el deber que se me ha asignado, usted cumpla con el suyo.
    - Perfecto, mi trabajo esta terminado, y este es el importe que me debe abonar...

Me acerque a la mesa, allí había apoyado su cuaderno el cerrajero y cuando leo la cantidad de llaves que estaba cobrando me di cuenta – digamos – en donde estaba el error.
    - Disculpe, quisiera, por favor, me explique algo…
    - Si, diga señora.
    - Sabe?, yo he cambiado cerraduras y combinaciones en distintas propiedades y por cada una de ellas me correspondían dos llaves, es decir, me cobraban por el trabajo con dos llaves y, cuando usted dio el presupuesto era uno totalmente distinto, al mirar el detalle que  ha hecho y escrito en su cuaderno, ya que a la señora le dio una boleta con el importe final, sin detalle, noto que ha cobrado el doble de llaves, señor...!
     - Pero, como me dice eso señora?,  por otra parte no tiene derecho a meterse en mi privacidad.
     - Con todo respeto, señor, le digo que fue usted el que dejo el cuaderno sobre la mesa y a la vista de todos los que estamos aquí, y si tiene dudas, pregúnteselo al agente, ya que esto también es seguridad, usted esta agraviándome al decirme que me meto en su privacidad y no es así debido a que a la señora Celia le mostraba los detalles en su cuaderno, cuando debería haber entregado la factura con todos esos detalles que esta cobrando, es verdad agente?
    - Es verdad…  señor discúlpese ante la señora y vuelva hacer los números, también  le aclaro que  escuché cuando, verbalmente, dio el importe al saber lo que debería hacer.

El hombre- cerrajero – me miró con cara de enojo, se puso los anteojos y comenzó a redactar la nueva factura con lujo de detalles pero...mmm… los números habían cambiado de tal manera que el total era menor al 50 por ciento del anterior.
    - ¡Sí tiene razón señora, me equivoque feo!, pero… ya todo esta arreglado y todos contentos.

Celia le abono y acompañado por el agente el cerrajero se retiro dejando todo en orden y entregando todas las llaves a Celia quien se quedó con las que le pertenecían y le dio en mano, al encargado, las que debería entregar a cada propietario.
Es increíble y lamentable, darse cuenta de como las personas se aprovechan –en este caso se advirtió a tiempo – de los momentos de angustia y desesperación del que los necesita.
Ya mi amiga había tomado la decisión de hacer lo que correspondía según el caso lo ameritaba, era inconcebible que siguiese soportando los malos tratos de ese hombre que desde hacía años la golpeaba y tenía que dar gracias porque no lo hubiese matado.
Celia estaba bañando a los nenes, Chola, muy nerviosa, preparaba la cena y el policía estaba sentado alrededor de una mesa charlando conmigo.
    - Hasta que hora se quedará?
    - He pedido que me dejen todo el tiempo que sea necesario, esta señora ha sido demasiado maltratada y deseo ser yo el que detenga al agresor. Menos mal que decidió hacer la denuncia y que el juez se avino a tomar cartas en el asunto de inmediato.
   - La verdad es que me siento sorprendida y agradecida a la vez, por la seriedad, responsabilidad y rapidez que se le ha dado a este caso.
   - Ayudaron mucho las fotos y luego la constatación en el cuerpo de la señora.
   - Y todavía no termino, se viene un momento muy duro. Espero que la custodia no se vaya.
   - Podremos cambiar turnos pero la custodia no se va ni se irá por algún tiempo ya que así fue determinado por el juez, es que a estos golpeadores los vamos a sacar de circulación, los casos que vemos son espeluznantes, no solamente pasa respecto a la mujer sino, también, con niños…para que contarle, usted debe de saberlo, verdad?
    - Infelizmente si, lo se, trato muchos casos de violencia familiar y no todos se animan a denunciar. Ya las mujeres, todavía con temores, denuncian pero los hombres, también ellos sufren de violencia familiar, tienen mucha vergüenza de denunciar. Es terrible como se esta viviendo
   - Así es señora
Chola llega con sándwiches de miga y café con leche para ambos.
    -  Les prepare algo para que tomen calentito y coman
    - Gracias señora, no se hubiese molestado
    - Ay, Chola, con todo este lío pensando en las visitas…jaja
    - Isabel , mi querida, es una forma de entretenerme y no pensar…parece que Celia no se da cuenta, todavía, que ahora se viene un terremoto, digo, cuando llegue Rogelio. Estoy sintiendo el timbre a cada rato y no suena…esta sonando en mi cerebro y en mis oídos. Dígame agente, no sería mejor que me los lleve a mi casa?
    - No señora Chola, no deben  abandonar la casa…y no se preocupe ya que no me moveré de aquí. Mis compañeros hacen cambio de guardia cuando terminan su horario pero todos saben lo que esta sucediendo y para que se los envía.
    - Y usted se irá?
    - No, me quedare, ya he avisado y lo aceptaron
    - Ay, no sabe cuanto se lo agradezco, el tenerlo aquí me hace sentir mejor y mas segura. Es que usted sabe que hacer si llega ese hombre.
    - No se preocupe, toda esta bien y seguirá estándolo.

De pronto me di cuenta que había apagado mi celular y todavía no lo había encendido, no se cuántas horas habían pasado pero ya era noche.
Lo active y comenzaron a llegarme mensajes, los leo y eran de mis hijos y amigas que me preguntaban donde estaba, porque no atendía el teléfono.
Ya eran las 21hs y comencé a contestar que no se preocuparan, que estaba bien pero no en mi casa y no había recordado de activar mi celular.
Celia volvió y su mamá le sirvió algo para que tome y coma, los niños estaban jugando en su cuarto y listos para cenar e irse a dormir.
Había notado, es que con los nervios, las corridas ni me di cuenta… pero al sentir ganas de orinar pensé que el policía , a pesar del tiempo transcurrido, no había pedido pasar al baño…
Ja,ja… ¡qué cosas se me ocurrían estando en semejante situación!
Deje a Celia y al agente y me fui al baño, ya no daba más, me estaba haciendo pis y cuando salgo:
    - Oiga, usted no desea pasar al baño?
    - Jajaja, en eso estaba pensando puedo?
Con una sonrisa miro a Celia y…entendió lo que le decía con mi mirada.
    - Por favor, disculpe, venga, pase por aquí…!
    - Gracias, señora
    - Que vergüenza, ni me di cuenta, con tanto que tengo en mi cabeza…
   - Jajaja, menos mal que si te diste cuenta lo que te decía con mi mirada y… no deseo asustarte pero quiero que sepas que en cualquier momento vas a tener que afrontar alguna que otra situación no muy agradable.
   - Lo se Isabel querida, pero trato de no pensar.
   - Y…  ¿a que hora crees que vendrá?
   - Puede venir en un rato, como también a la madrugada.  Sabes Isabel?, también se que estás cansada y debes dormir pero… ¡por favor, no te vayas amiga mía!
   - No me iré, aquí estoy y me quedare contigo
   - Bueno, ahora sí, con todo respeto, les cuento que me siento mucho mejor…jajaja (decía el policía al volver del baño)

Celia llama a los chiquitos y les da de cenar, todos rogábamos para que Rogelio llegara cuando ellos estuviesen dormidos. Lo más notable es que estaban muy tranquilos, contentos y no preguntaron porque se encontraba el policía dentro del apartamento y los acompañaba a todos lados, ni tampoco por su padre como- según Celia contaba – lo solían hacer. Es increíble pero…considero que se sentían protegidos. Después de cenar, lavaron sus dientitos, pasaron a darme un beso, también a Chola – su abuela – y al agente. El más grandecito le dijo
   - Tú te quedarás a vivir con nosotros?
   - No, solamente estoy aquí por un rato más
   - No, por favor, no te vayas…!!
Lo abrazo fuertemente y no lo soltaba. El policía tenía sus ojos humedecidos por la emoción
   - Bueno, si tu no deseas que me vaya y tu mamá lo permite me quedare. Descansen tranquilitos que no me iré.
   - ¡Si, sí!

Se fueron a dormir muy contentos, Celia les leyó un cuento y, según contó, antes que terminara de leerlo se durmieron.
Hacía mucho frío, no se si era por lo nervios pero parecía que la calefacción no funcionaba bien.
Me puse sobre los hombros mi campera y me senté en un sillón del living del apartamento de Celia.  Chola preparo más café, lo puso en la mesita y se sentó junto a mi, a Celia y al agente que fue invitado a acercarse.
Nadie hablaba, tomábamos café y comíamos torta.
La ansiedad por el no saber cuando llegaría y como se comportaría, aunque todos nos lo imaginábamos, nos envolvía.
Chola rompió el silencio…
   - Quieren que prepare un te de tilo para todos?
   - No gracias señora

El timbre del portero eléctrico suena, junto con un aparato que tienen los policías para comunicarse. Le informan que llego Rogelio, que pidieron otro móvil debido a que estaba demasiado alterado y con algunas copas de más. Celia temblaba, el portero eléctrico seguía sonando, ella quiso atenderlo pero el agente no se lo permitió, fue él quien atendió.
   - Tranquilo, no soy ningún amante, no hable estupideces, soy el
agente asignado para la custodia de esta familia, ya bajo.

Le pidió a Celia que no tuviese miedo ya que él tenía – en su poder – la orden que había dictaminado el juez, que sacaría las valijas de él, las que habían dejado en la baulera, y con todo se lo llevarían a la comisaría.

Celia estaba abrazada a su madre y a mi, temblaba como una hoja, mientras preguntaba…
   - Usted irá con él…y quien se quedará aquí?
   - Me quedare yo, pero tengo que ir a ordenar las medidas para que lo lleven y ver en que situación se encuentra. Ya vuelvo…

El apartamento de mi amiga daba al frente y se escuchaban los gritos insultantes de Rogelio, estaba bebido y – según Celia – así llegaba casi a diario. Me fui al dormitorio principal y - sin encender la luz – miraba por la ventana, era terrible, él miraba hacia arriba, insultando a su mujer y diciendo que la iba a matar y tantas cosas más, hasta que fue introducido en el coche policial y se lo llevaron. Quedo una guardia en la puerta del edificio, del lado de adentro, en el hall de entrada y Darío, así se llamaba el policía que custodiaba a la familia, subió al apartamento.
   - Bueno señora Celia, el primer paso lo dio usted, la felicito por ello, ahora verificarán el estado de alcohol en sangre que tiene su marido…
   - Ese ya no es mi marido
   - Tranquila, puede llamar a su abogado o pedir un abogado de oficio e iniciar el divorcio inmediatamente, entiendo que será mañana, por la hora, digo…
   - Sí, por supuesto, pero no tengo abogado por lo que aceptare el de oficio.
   - Por lo que he podido apreciar y…es difícil que el olfato me falle, tiene una cantidad de alcohol en sangre tremenda y…no se si algo más. Me informaran, mediante el móvil telefónico, lo que resulte de los estudios pertinentes, sobre la consulta de antecedentes y en que lugar quedara alojado. También le comunico que han encontrado en un hotel alojamiento una joven herida… ¿usted puede reconocer a la mujer que estaba con su marido el día domingo cuando los encontró en el cine?
   - Lo mire más a él que a ella…, no se lo aseguro, pero entiendo que sí.
   - Correcto, le pediré que se abrigue y me acompañe al hospital donde quedo internada ya que esta conciente y podemos verla y tomarle declaración, le aclaro que el juez a nombrado un abogado de oficio…si usted esta de acuerdo será su abogado.
   - Si, esta bien, no conozco a ningún abogado, ya se la había dicho.
   - Correcto, ya llamo para comunicarlo debido a que el letrado, también, se dirigirá al hospital, allí nos encontraremos con él y luego veremos a la mujer.
   - Ay, Isabel, que hago amiga querida?
   - Lo que te indican, ya que es para tu bien
   - Mamá, puedes quedarte sola con los chicos y dejas que Isabel me acompañe?
   - Si, vayan pero llamen cuando puedan para decirme como están.
   - Me acompañas Isabel?
   - Ni lo dudes…!
   - Menos mal que accedió ya que de no ser así se lo iba pedir debido a que usted firmo en la denuncia como testigo.
   - Subo a mi apartamento, me abrigo mejor y bajo inmediatamente…
Tome el ascensor, subí dos pisos, podía haberlo hecho por la escalera pero las piernas me temblaban;  estaba feliz porque mi amiga haya entendido y denunciado pero, a la vez triste,  por haber escuchado, con su propia voz, lo que tantas veces intuí, cuando me decía que su marido la engañaba…solamente una vez me  contó  que le había dado un cachetazo, es que se escondía para que nadie, ni siquiera yo, viese los moretones, su carita hinchada por lo golpes que él le propinaba. Abrí la puerta, me abrigue como si fuese al polo…no se si hacía tanto frío o yo me sentía helada por todo lo vivido ese día y… ¡por lo que faltaba  todavía!
   - Hola, hola, aquí estoy, lista para salir…
   - Gracias señora Isabel… señora Celia, he estado casi 12 horas compartiendo con ustedes – por mi trabajo, por cierto – pero puedo asegurarle que amigas como la que usted tiene no se encuentran fácilmente
   - Lo se y por eso la quiero tanto… Isabelita, en que lío te he metido…!
   - Oye, aunque parezca una contradicción, a pesar del dolor sufrido es grato el sentir que, entre gritos, malestares, sentimientos encontrados… después de la oscuridad vuelve a brillar la luz.
Sabes, en el teatro de la vida, se necesitan varios actores… y esta obra, amiga querida, es una de ellas.
Ojala todas las personas que sufren violencia de género fuesen tan valientes como tú y… antes de que sea demasiado tarde tomen conciencia, asuman y… ¡denuncien!
Estamos todos listos?
   - Sí, todos listos…!
   -¡Vamos! ,  la función debe continuar…

FIN

                                                                       

Cualquier parecido con la realidad es simple coincidencia.
Los nombres han sido elegidos al azar.

Emociones del Alma
Lilian B. Epstein
Derecho de autor nº 902526


Imagen de Internet

4 comentarios:

  1. ME GUSTO PASAR POR ESTE BLOG ESPERO REGRESAR Y VOLVER A DETENERME A SEGUIR LEYENDO Y ADMIRANDO LAS FOTOS

    ResponderEliminar
  2. Gracias mil por dejar tu huella!!!
    Besos y sonrisas muy azules
    Lilian

    ResponderEliminar
  3. Qué bien, amiga! Te ha quedado estupendo. Te felicito

    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Pichy, me encanta que así te haya parecido,amigo!
      Gracias mil
      Besos y sonrisas muy azules
      Lilian

      Eliminar

A pesar de todo...!

A pesar de todo...!